Efectivamente a los latiguillos no se les pone teflón en ninguno de sus extremos roscados.
Y es que esta es una de las dudas básicas que algunos podemos tener: ¿se le pone o no se le pone teflón a los latiguillos?…Bueno, nunca estará demás…-pensamos-.
Pues bien, la respuesta rápida a esta pregunta es que no, a los latiguillos no se les pone teflón.
Los latiguillos vienen ya con sus juntas, que logran un perfecto sellado, de tal forma que evitan cualquier goteo o fuga.
Si te estás preguntando esto es que puedes encontrarte en varias situaciones: has decidido cambiar el latiguillo de los grifos o de los inodoros porque los existentes están muy viejos, y decides actuar de forma preventiva. También puede que tengas fugas o goteos en los latiguillos. O puede simplemente que vayas a hacer una instalación nueva.
En cualquier caso: no debes poner teflón en ninguno de los latiguillos que tengas en casa.
Vamos a ver qué son los latiguillos, por qué en algunas situaciones gotean, y lo fácil y rápido que resulta su arreglo y porqué nunca debes poner teflón en sus uniones roscadas.

¿Qué son los latiguillos?
En el artículo sobre Cómo cambiar el latiguillo del váter. De forma rápida y fácil puedes ver exactamente qué es un latiguillo, sus elementos, y los distintos tipos de latiguillos dependiendo de la rosca de sus extremos (hembra o macho; y diámetros).
De todas formas, conviene traer aquí a colación algunos nociones muy básicas.
Un latiguillo es un tubo que está protegido con alambres de acero y que permite el paso del agua desde las tomas de la pared hasta los distintos electrodomésticos o grifos (lavadora, lavavajillas, lavabos, inodoro, bidé, fregadero de cocina, termo eléctrico,..).
Para ellos tiene en sus extremos sendas roscas que permiten la conexión a las tomas de agua de la pared por un lado y por otro a los sanitarios o grifos. Estas roscas pueden ser macho, cuando la rosca está a la vista, o hembra, cuando está en el interior de una tuerca.
Las habituales para grifos son las hembra-macho y para el inodoro y termo eléctrico son hembra-hembra.
Las roscas, ya sean hembra o macho vienen con juntas de estanqueidad. Pueden ser de tipo arandela plana o de tipo anillo (también llamadas tóricas).

Mantenimiento de los latiguillos
El mantenimiento de los latiguillos se limita a operaciones de limpieza y cuidado de que no entren en contacto con ellos productos químicos.
Limpieza por el exterior, simplemente con un paño húmedo sin necesidad de detergente o con detergentes neutros y suaves. Seguidamente enjuagar y secar.
Pero lo más habitual es que estas operaciones no se realicen nunca en casa, por lo que la situación final es que se encuentran con diversos deterioros.
Deterioros habituales de los latiguillos
Un deterioro habitual es picado de los alambres del flexo. Si están dañados, con óxido y algunos de ellos rotos, lo más sensato será cambiar el latiguillo por uno nuevo.
Si no lo hacemos así, es bastante probable que en un momento dado se rompa el tubo interior que conduce el agua y tengamos una gran fuga de agua en casa.
Otro deterioro habitual es el goteo en las roscas de los extremos. Puede ser que simplemente se haya aflojado por algún golpe o manipulación que hayamos hecho nosotros. En este caso se aprieta y listos. Pero también puede que, con el paso del tiempo, las juntas se hayan deteriorado.
Este deterioro es más o menos rápido. Esta velocidad variable depende de la agresividad del agua y de muchas otras condiciones del entorno, como la temperatura que soporta habitualmente, etc.
Al final las juntas envejecen y, si el resto del flexo está bien, lo mejor es cambiar simplemente las juntas viejas por unas nuevas.
Las juntas más habituales son las de tipo arandela plana que se sitúan en el tope de las roscas hembra. Pero también existen las juntas tóricas, que son anillos de goma que se sitúan en los extremos macho.
Actuación recomendada ante un flexo picado
Un flexo con los alambres de protección rotos o con óxido no tiene reparación. Lo aconsejable es la sustitución por uno nuevo.
Compramos un latiguillo nuevo y lo instalamos. A la hora de la instalación debemos tener en cuenta que no debemos colocar teflón en las roscas. Ya sea teflón en forma de hilo sellante ni en forma de cinta.
Recordad que el teflón es la denominación común de un plástico cuya denominación más técnica es politetrafluoroetileno o PTFE.
Los extremos roscados están diseñados para funcionar por presión de la rosca sobre la junta, evitando así las fugas. Intentar poner teflón en esta situación puede provocar que no se apriete suficiente sobre la propia junta y que sea peor el remedio que la enfermedad.
¿Qué hacer si gotea la junta de un flexo?
Si con un apriete más o menos fuerte (pero nunca demasiado fuerte) no conseguimos que deje de gotear, es que la junta debe estar dañada.
La buena noticia es que en las ferreterías y tiendas de fontanería especializadas venden juntas para estos casos.
Debemos comprar una junta nueva y sustituirla por la vieja. Lo más útil es ir directamente con el latiguillo para asegurarnos que compramos la junta adecuada.
Entonces debemos simplemente quitar la antigua junta y poner la nueva. Luego colocamos de nuevo el latiguillo, apretando simplemente. No debemos instalar teflón, ni en forma de hilo sellante ni en forma de cinta, como hemos vista antes.
En resumen: ya sea por cambio de flexo o cambio de junta, a los latiguillos no se les pone teflón nunca
Efectivamente, nunca debemos poner teflón en las roscas de los latiguillos.
Estas uniones roscadas ya vienen preparadas para asegurar la estanqueidad mediante juntas de plástico especial.
Si ponemos un latiguillo nuevo, no ponemos teflón.
Y si simplemente cambiamos la junta y lo volvemos a instalar, pues tampoco ponemos teflón. Con la junta nueva ya no habrá problemas de goteos.